Bueno, un horror, no quiero comparar pero lo voy a hacer. 
Mi hijo mayor ha estado 2 años alimentándose a base de pan y magdalenas. Nada más, bueno sí, patatas fritas y gusanitos.
Poco después de quedarme embarazada de la pequeña empezó a no querer comer con papá y mamá, comía en la guarde y con la abuela, poco a poco eso lo fue dejando también. Esto fue en agosto de 2018. Así hasta el estado de alarma (marzo de 2020), que volvió a comer purés, ahí me daba igual porque le echamos de todo, pero seguía sin masticar, con lo cual tampoco habla bien, porque no ejercita los músculos de la mandíbula. Una semana antes de empezar el curso ha empezado a comer. Él sólo, sin que hayamos cambiado nada.
Hemos llegado a ir al psicólogo, para que nos orientase sobre qué hacer, y la solución que nos ha dado es PACIENCIA, únicamente, no darle importancia, porque entonces él sabe que puede jugar con nosotros con la comida.
No os voy a engañar, no come todos los días, pero con 3-4 a la semana, me conformo.
Ha sido (y sigue siendo a días) desesperante, y ahora a lo mejor un día se come un plato de macarrones y la siguiente vez dice que no le gusta, y la siguiente le vuelve a encantar. Es muy difícil. El primer día que comió, su padre y yo llorando de la emoción.
